Desde 2007, dialogan, crean y exponen juntos. Sus obras siempre parten de ‘lo vulnerado’ y el diálogo improvisado es el germen de su producción artística. Entrecejo es el título del último proyecto colaborativo que el mexicano Omar Barquet (Chetumal, 1979) y los argentinos Mauro Giaconi (Buenos Aires, 1977) y José Luis Landet (Buenos Aires, 1977) presentan en la galería NF. Una muestra que podrá contemplarse hasta el 23 de diciembre en el número 12 de la calle Blanca de Navarra, donde Expoartemadrid acudió a entrevistar a Barquet y Giaconi (Landet finalmente no pudo volar a España) durante la celebración de Apertura.
EXPOARTEMADRID: ¿Cómo comienza vuestra lluvia de ideas y cómo la plasmáis posteriormente en el proyecto colectivo?
Mauro Giaconi: Siempre empezamos a hablar de una manera muy abstracta y, poco a poco, nos acercamos a los acontecimientos sociopolíticos de nuestros países, México y Argentina, o del resto de Sudamérica. Queremos trabajar con estos temas en nuestras obras, pero no de una manera ilustrativa sino a nivel conceptual. Cada uno, individualmente, diseñamos piezas dentro de un proyecto colectivo que encierra toda esa energía. Todas nuestras obras parten de la lógica de lo quebrado, de lo roto y de lo preconfigurado.
Omar Barquet: Nunca hemos reflejado de forma evidente ese discurso sino que lo hemos sugerido con pequeños gestos a la hora de producir nuestras piezas: el modo en que trabajamos el material, por la propia memoria histórica del material y como traducimos sus referencias. Todos nuestros proyectos juegan con doble intención de sacar a la luz determinados aspectos a la vez que clausuran otros.
EAM: ¿Las situaciones sociopolíticas a las que hacéis referencia son del pasado o del presente?
M.G: Lamentablemente, muy a nuestro pesar, los conflictos que presentamos se leen desde la actualidad. Casos como los asesinatos a maestros que se manifestaban contra la reforma educativa en el estado de Oaxaca (México), o el de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa (México). En Argentina por ejemplo, continúan las represiones a los trabajadores que se manifiestan porque se están quedando sin trabajo tras la llegada de un nuevo gobierno, etc. Es por ello que, inevitablemente, todas nuestras intenciones se pueden entender desde el presente. Aunque muchos de nuestros ejercicios tienen que ver con la memoria histórica, no hace falta remitirse a una historia muy pasada.
EAM: ¿Se refleja esa inestabilidad del contexto en el propio montaje de la muestra?
M.G: Sí, claro. Una característica que comparten todas nuestras piezas es que, no están colgadas del modo tradicional sino suspendidas, por lo que son susceptibles a ser balanceadas: tanto las esculturas de Omar, como los bordes de los lienzos de José Luís o como mis trozos de mural.
O.B: Después de todo, son obras que tratan de encontrar un equilibrio entre violencia y fragilidad. No obstante, la mayor sensación de inestabilidad se transmite en la sala a través del ruido derivado de la instalación sonora. Una pieza que, además, reunificará toda nuestra actuación en la galería y lo mejor, es que funciona con la participación de los visitantes.
EAM: Una improvisación que forma parte de un juego, ¿con qué finalidad?
M.G: Queríamos generar una situación en esta sala con un elemento que provocase violencia en la actualidad, como es el dinero y lo que está asociado a él: intereses, poder…Pero a su vez queremos presentarlo como parte de una experiencia inocente, que es a través de La Rayuela mexicana, juego popular que consiste en tirar una moneda a cierta distancia para introducirla en un agujero del mismo tamaño hecho en una tabla de madera. Un juego con una primera apariencia muy inocente, pero que tiene efectos secundarios. El más inmediato: el sonido que produce la moneda al golpear sobre la tabla.
O.B: Este aspecto es muy interesante. Cuando uno juega y toma el riesgo de estar participando, encuentra también una lógica interna dentro de eso. Y lo que hemos hecho con esta instalación es amplificar el sonido para que cuando algún visitante arroje la moneda, el estruendo irrumpa en la sala principal de la galería. De este modo, se enfatiza la propia violencia del sonido. La idea es hacer una nueva lectura de ese gesto haciendo ver que, ese aparentemente desinteresado ‘tirar la moneda’ está sujeto a intenciones individuales.
EAM: ¿Por qué habéis elegido Entrecejo como título de la muestra?
M.G: Queríamos encontrar una palabra descriptiva de lo que sucede pero sin hacer referencia de forma explícita. Es decir, una vez más jugar con la asociación. Por un lado tiene que ver con una cuestión de gestualidad, de fruncir el ceño. Por otro lado, con el concepto de enfocar para poder terminar de comprender la imagen. Nos interesaba mucho encontrar una palabra libre que pudiera salpicar hacia varios lugares.
O.B: Es una palabra que genera una polisemia, pero a la vez tiene el suficiente carácter para ser precisa.
EAM: Algunas piezas de la sala han sido diseñadas site-specific para esta exposición. Es el caso de los paneles de madera colocados en las ventanas de la galería y con sus mismas dimensiones. ¿Cual es el trasfondo de su diseño y por qué motivo son móviles?
O.B: La idea es que el público tenga libertad de colocarlos como quiera con el fin de que el espacio este en constante cambio. Su diseño está inspirado en una costumbre de la zona de México en la que nací, la ciudad costera de Chetumal. Cuando hace mal tiempo, la gente tapia las ventanas con tablas de madera. Pero, una vez que la tormenta cesa y sale el sol empiezan a penetrar entre las grietas finos rayos de luz. De ahí la idea de perforar los paneles. En cuanto a la forma que dibujan las perforaciones, todas hacen referencia figuras de personas iluminadas. Empecé a trabajar con imágenes de santos y monjes budistas, recortando sus auras, para recrearlas posteriormente a través de los destellos de luz. El concepto de cada pieza es el hecho de tener que anular la luz para poder contemplar esos destellos. Por eso es necesario, que sean móviles para que, en función del momento del día y la persona, las interacciones sean diferentes.
EAM: Giaconi, tu obra Otro tiempo es un mural formado por fragmentos de un mural anterior, ¿con qué intención los has recuperado?
M.G: En concreto, la pieza está construida a partir de los retazos del mural que hice en el Palacio de Bellas Artes de México. Representé a base de líneas de dibujo y goma de borrar, situaciones de la Revolución Mexicana que tenían que ver con el propio recinto del Palacio de Bellas Artes. Es una técnica que empleo habitualmente, como símbolo de aquello que sucede y deja una huella que termina desapareciendo con el tiempo. La lógica siempre en mis obras es ir hacia atrás con la intención de hablar del hoy. Para Entrecejo lo que he hecho ha sido reconfigurar la composición con esos retazos. La he reconstruido buscando que las líneas se pudieran ir enlazando, que los vacíos se compensasen y que los contornos de las diferentes piezas conviviesen de manera natural según su forma y tamaño. No se trata de descomponer una imagen, sino de intentar dar un nuevo significado a los fragmentos.
EAM: Y en conjunto, ¿cuál es el significado de la exposición?
M.G: Cada figura tiene un punto de partida muy específico. Sin embargo, todos estamos buscando una grieta para penetrar a través de ella en un momento de la historia o de una situación política y replantearla de manera distinta. José Luis, por ejemplo, utiliza cuadros que compra en tiendas de antigüedades. Luego, recorta la imagen y les deja solamente el margen para trabajar con la imaginación de ‘lo que falta’, con la marginalidad. Sus cuadros quedan como en estado de abandono: en ellos se produce la eliminación el paisaje. En cambio, Omar en sus paneles de madera ha eliminado la luz y, en mi caso, he eliminado tanto su forma y como su significado primigenio para darle una nueva significación. Sin embargo, a nivel global nos interesa como ejercicio, saber que ocurre en la sala sin dar detalles de las piezas. El objetivo final es conseguir tantas relecturas como personas visiten la muestra. Por eso nuestras exposiciones carecen de texto de sala o de la información suficiente que deje al descubierto toda la profundidad de la pieza. Nuestra intención es siempre provocar el surgimiento de nuevas asociaciones para que las obras se conviertan en los vestigios de la realidad que cada persona haya vivido.





