El pasado 15 de septiembre, Daniel G. Andújar inauguró exposición en el lado contrario de la calle Doctor Fourquet al que nos tiene acostumbrados, pero no se ha cambiado de bando. Él no es de los que se dejan adoctrinar y bien lo sabe Casa sin fin, galería que este año ha dejado su antiguo local en el número 11, para sorprendernos al inicio de temporada con el nuevo espacio de tres alturas ubicado en el número 8.
Bajo el título, Trastorno de identidad. Hackeando el cuerpo de los trabajadores, se presentan tres de sus piezas: El Capitalismo/El Comunismo (1990), Books on the World. Imperalism and Revolution (2015) y, la tercera, su trabajo más reciente, realizada a lo largo de este 2016, y la que da nombre a esta muestra. Última creación que, además, continúa manteniendo ocupado a Andújar, ya que será el motor de su propuesta para la documenta 14 (una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo, que en la próxima edición del 2017 se desarrollará en las ciudades de Kassel y Atenas).
La obra en cuestión presenta fotografías de partes de la anatomía humana desde una perspectiva inusual, (a veces incómodamente invasiva). Andújar centra la atención en las distintas partes humanas a la vez que las descontextualiza haciendo uso de un primer plano, a veces tan próximo, que las imágenes empiezan a coquetear con el anonimato. Una condición que en el mundo cibernético es difícil de adoptar y más aún de controlar. Todos queremos ser partícipes de esa nueva dimensión que internet ofrece, aunque nos convirtamos en esclavos de una realidad ‘maquillada’.
Y es que no nos importa manipular nuestras fotos personales para ajustarlas a la estandarización de los filtros estéticos que la red bombardea. Así es como sin ser conscientes, perdemos el control de nuestra representación y pasamos a ser parte de una comunidad para la que la preservación de la identidad carece de importancia, al igual que el salvaguardar los valores ideológicos. Nuestra concepción de los bienes, el consumo, las relaciones laborales y el usufructo de la propiedad privada está cambiando. Prueba de ello, es el progresivo olvido de los dogmas escritos en los volúmenes que Andújar rescata del olvido: El Capitalismo y El Comunismo (Editados por Plaza & Janés), dos tomos de pasta dura que expone uno al lado del otro bajo una urna ubicada en el centro de la galería.
Una posición, que no es fruto del azar sino de la intención de establecer un diálogo entre las dos paredes de las que cuelgan las páginas enmarcadas de otra de sus obras Books on the World. Imperalism and Revolution. En total, se exhiben 21 anteportadas de algunos de los volúmenes sociopolíticos más significativos del siglo XX, que el artista ha recuperado en base a los textos que ha visto resucitar en las redes. Libros que él califica como ‘liberalizados’ y a los que devuelve a la vida enmarcándolos a modo de elemento pictórico.
Sin embargo, aunque desde la lejanía esas hojas de papel envejecido no sean más que un cúmulo de manchas, al enfocar y acortar la distancia, se convierten en un poderoso canal de difusión de ideologías políticas. Una doble apariencia que, junto a la encasillada propagación de estereotipos estéticos, es reflejo de la ilusoria libertad de internet. Con esta muestra, Andújar nos saca del enfrascamiento de una atmósfera subliminalmente controlada y nos invita a reflexionar para encontrar la manera de protegernos. El artista lo tiene claro, su mejor aliado es el arte. Y tú, ¿sabes como defenderte?



