Entrevista a Virginia Torrente

Virginia Torrente, Comisaria de la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio

Para la comisaria Virginia Torrente (Bilbao, 1963) es «primordial observar cómo evoluciona el trabajo de los artistas«. Desde hace treinta años sigue no sólo la trayectoria de los que ya conoce, sino también de aquellos que están empezando o con los que le gustaría trabajar en un futuro. Y es que mantenerse actualizado es la mejor garantía para reunir con acierto -y en la menor brevedad de tiempo posible- al grupo de artistas más indicados para un proyecto específico. Su especialidad es el arte contemporáneo español y europeo y, tras dos años dirigiendo exposiciones en Casa América, también el latinoamericano.

No obstante, la mayoría de sus comisariados están protagonizados por artistas peninsulares, como nueve de los doce que participan en su última exposición titulada Casa-Estudio-Calle-Barrio. Desde la propia experiencia Tamara Arroyo, Andrea Canepa, Daniel Chust Peters, Angela Cuadra, Miki Leal, Carlos Maciá, Teresa Moro, Fernando Renes, Daniel Silvo, Juan Ugalde, Keke Vilabelda y Martín Vitaliti mostrarán cómo viven y trabajan los artistas actualmente. Una selección de obras que se podrá contemplar hasta el 29 de enero en la planta 1 de CentroCentro Cibeles, lugar donde tiene lugar nuestra entrevista con Virginia Torrente para conocer, desde el origen, el ‘making-of’ de la muestra y su visión de la práctica artística.

EXPOARTEMADRID: ¿Cómo nace la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio?
V.T: A finales de la primavera pasada el Ayuntamiento de Madrid contactó conmigo para organizar una exposición de dibujo en la Sala 1 para inaugurar a finales de septiembre. El único requisito era la presencia del dibujo. Al contar con muy poco presupuesto decidí destinar el dinero a producción en vez de a embalaje, trasporte y seguro de obras de instituciones o colecciones privadas. A la hora de seleccionar los artistas pensé en aquellos que trabajasen habitualmente con el dibujo como soporte principal y que, además, sus obras reflejasen la temática que desde el primer momento tuve en mente al tratarse de una exposición en el Ayuntamiento: hablar del artista como ciudadano, su relación con la ciudad y de como el entorno influye a su vez en una parte importante de su trabajo.

EAM: ¿Cómo seleccionaste a los doce artistas que participan en la muestra?
V.T:
La lista la elaboré rápidamente. Con algunos había trabajado anteriormente y con otros esta fue la primera vez. Al final siempre surge el momento y la ocasión para colaborar con artistas a los que sigues desde hace tiempo. El objetivo era que todos crearan obra nueva reflexionando en torno a su relación con el medio en el que trabajan. La vida de los artistas (y de los comisarios también) es precaria y difícil. El dibujo como soporte además hace un guiño a esa dificultad económica y a la fragilidad, que en menor o mayor medida acompaña a la actividad artística.

EAM: Cómo acabas de comentar el término precariedad subyace en la mayoría de las obras pero también me gustaría añadir el concepto de versatilidad, ¿crees que ambos son los ejes principales de la exposición?
V.T: Sí, los dos son absolutamente válidos para definir el statement de la exposición, pero nunca de una manera tan evidente. Los artistas en muy pocas ocasiones quieren hablar de la precariedad en sí misma porque si no estaríamos todos llorando continuamente. En este caso, los doce reivindican sus derechos desde la evasión y el disfrute. En mi opinión esta exposición da más alegrías que tristezas.

EAM: ¿Cómo surge el título: Casa-Estudio-Calle-Barrio?
V.T:
La exposición se desarrolla desde lo local hasta lo macro en cuanto a espacio geográfico se refiere. Por supuesto, también se podía haber ampliado a Ciudad-Mundo. Algunos artistas se han decantado por retratar su entorno más próximo, como el estudio, que en muchas ocasiones es una habitación del propio hogar. Otros han optado por hacer trabajos inspirados en sus estancias en otras ciudades y en el extranjero (algunas gracias a las Becas Residencia). La movilidad es otro tema que está muy presente en varios trabajos.

EAM: ¿Crees qué es imprescindible la movilidad para los artistas?
V.T:
Sí, absolutamente. Uno no se puede quedar en casa. Y no solo para los artistas, también para los comisarios. Hoy en día es muy importante estar conectado con lo que ocurre en otras partes del mundo y en nuestro trabajo más todavía. Desgraciadamente, uno de los problemas que tenemos en España es la falta de recursos que apoyen la salida del arte español al extranjero. Además, es fundamental empezar desde muy joven porque las becas ofertadas de movilidad son siempre para menores de 35 años.

EAM: Y mientras consiguen la beca, ¿qué medidas crees que deberían tomar los artistas para hacer frente a esta situación de precariedad?
V.T: Es primordial que estén siempre muy pendientes de todas las ayudas oficiales que les puedan dar visibilidad nacional e internacional. Tener una página web donde se pueda consultar su trabajo también es fundamental y lo más importante, hacer contactos. El mayor objetivo es intentar tener presencia en exposiciones y en ferias. Uno de los medios para conseguirlo es a través de las galerías porque un artista representado siempre tiene asegurada la exposición de su obra y su promoción entre un público especializado e interesado. Contactar y mandar un dossier de sus trabajos a los comisarios o a otros colegas artistas es también sin duda un buen recurso para darse a conocer. Lo importante es moverse e ir ampliando a diario esa red de contactos.

EAM: Los vínculos son fundamentales para progresar día a día. De hecho, actualmente muchos artistas unen fuerzas y comparten estudio, ¿es el caso también de algunos de los participantes de esta exposición verdad?
V.T:
Sí, ese es otro tema que también asoma en esta exposición con el trabajo de Miki Leal y el retrato junto a sus ocho compañeros de Nave Oporto. En este punto hay que decir que la mayoría de las asociaciones surgen por economía. La falta de medios hace que sea necesario compartir estudio ya que así, entre todos, hacen frente a los gastos. Pero lo más beneficioso de esta unión es que los artistas no solo se apoyan económicamente sino que se asesoran y se informan entre ellos. Además, así es mucho más fácil atraer al estudio a comisarios, galeristas y demás profesionales del arte porque no sólo se conoce la obra de un artista sino de varios.

EAM: ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con estos doce artistas?
V.T: Me encanta trabajar con producción y poder ver desde el inicio el trabajo de cada artista. También, es muy interesante conocer la actitud que cada uno de ellos toma a la hora de enfrentarse a la obra. Algunos buscan más la compañía y la opinión del comisario mientras que otros prefieren despegarse totalmente. Aunque no lo consiguen del todo, porque una siempre está detrás intentando ver cómo van avanzando las piezas. Entre el todo y la nada trato de realizar un seguimiento normal para que todo vaya por buen camino. A nivel profesional ha sido verdaderamente enriquecedor tener total libertad para experimentar con nuevas temáticas y asumir el reto de coordinar a contrarreloj cada uno de los doce trabajos.

EAM: A la hora de poner en común las obras, ¿qué parámetros has utilizado para decidir el orden que iban a tener en el recorrido?
V.T: He mantenido el criterio de que el contenido de la exposición se abra poco a poco desde el interior hasta el exterior. La parte inicial recoge los trabajos del entorno inmediato. El primero es Carlos Maciá con dibujos realizados en su estudio, que posteriormente cuelga en las calles del Barrio de Usera y que finalmente trasladada a la sala de exposiciones de CentroCentro. Seguidamente accedemos a las obras de Miki Leal en Nave Oporto, Tamara Arroyo con su trabajo de las ventanas de los estudios, Ángela Cuadra con la pieza mural realizada en el salón de su casa, Fernando Renes con su no-estudio y los ‘Compañeros’ de Teresa Moro. La segunda parte continua con los trabajos donde entra en juego la ciudad. Los dibujos de Barcelona de Daniel Chust Peters, los espacios no-lugares reflejados a través del cómic por Martín Vitaliti, los museos no construidos de Madrid que protagonizan la obra de Daniel Silvo, los recorridos por la ciudad de Valencia que marcan las piezas de Keke Vilabelda, el trabajo de las ciudades que han sido lugar de residencia de Andrea Canepa y las mejoras para El Escorial y Berlín que proponen los dibujos de Juan Ugalde.

EAM: Para finalizar, ¿por qué es interesante visitar esta exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio en CentroCentro?
V.T:
Por su compromiso y por su versatilidad. Primero, por el innegable compromiso que tienen los participantes como artistas y a la vez como ciudadanos. Porque a través de sus obras conocemos cómo les ha condicionado su entorno (la casa, el estudio, la calle, el barrio) en su actividad artística. Segundo, por la versatilidad de lecturas. Aunque se trate de una exposición colectiva, en realidad tiene el carácter de doce individuales. Todos los trabajos son muy distintos a pesar de tener su ligazón en el dibujo, por lo que el espectador podrá elegir a lo largo del recorrido cuáles son los que más le gustan o contemplar las obras de alguno en concreto, ya que cada uno cuenta con un espacio expositivo claramente definido.

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Vista del trabajo de Miki Leal en la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio © Marina Fertré
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Vista del trabajo de Ángela Cuadra en la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio © Marina Fertré
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Vista una obra de Fernando Renes en la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio © Marina Fertré
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Vista del trabajo de Teresa Moro en la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio © Marina Fertré
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Vista del trabajo de Keke Vilabelda en la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio © Marina Fertré
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Vista del trabajo de Juan Ugalde en la exposición Casa-Estudio-Calle-Barrio © Marina Fertré