El blanco es el color del duelo en la mayor parte del continente asiático. Una concepción que, en la actualidad, entra en conflicto con la percepción europea, donde adquiere un significado diametralmente opuesto. En los últimos años, países como Pakistán permanecen envueltos en la nebulosa del luto. Una capa nívea que también es constante en las obras de Ayesha Jatoi (Islamabad, 1979). La artista pakistaní se negó a permanecer impasible ante la vorágine de atentados que amenazan a diario su región, y decidió manifestarse a través de su arte. El detonante fue el ataque a un colegio público de la ciudad de Peshawar, al noroeste de Pakistán el 16 de diciembre de 2014. Los terroristas exterminaron a 141 personas de las que 132 eran alumnos entre los ocho y los dieciocho años de edad. «Justo un mes después del ataque, mi hija comenzó las clases en una escuela a tan solo una hora de distancia de Peshawar. Tuve miedo. Como madre y profesora -del National College of the Arts de Lahore- no podía mantenerme al margen», declara Jatoi.
Y no lo hizo. Lejos de abstenerse se embarcó en la línea de pensamiento que ejemplifica Tomorrow, su segunda exposición individual en la galería Sabrina Amrani que podrá visitarse hasta el 31 de diciembre. A través de una decena de obras -entre ellas un vídeo de la performance realizada el día de la inauguración- Jatoi se cuestiona el mañana, no solo materializando el relato colectivo de un país gravemente atacado, sino explorando formalmente la desaparición de la tradición a través de la miniatura. «A pesar de que Pakistán es una de las cunas del miniaturismo, su oficio prácticamente se ha perdido», explica la directora de la galería Sabrina Amrani.
A lo largo de la muestra, Jatoi nos invita a acercarnos a una historia plagada de páginas blancas. Un propósito estético que evidencia su gran fascinación por el libro, concretamente, por los Manuscritos Iluminados, formados por dípticos de imágenes y textos cuya «elaboración es considerada un proceso espiritual que solo se completa cuando el lector los contempla», explica la artista. Los textos de los manuscritos, al igual que los de los periódicos, están escritos en columnas. Sin embargo, en sus piezas Untitled 1-5 y Places & Total Jatoi prescinde del armónico trazado de la pluma miniaturista y lo reemplaza por el violento golpe de los sellos. Unos objetos con «fecha de caducidad, indicada en la parte superior del paquete, que nos recuerdan que el tiempo se acaba, presagiando el día de la muerte».
El resultado son láminas de papel selladas con fechas, palabras de espacios públicos y la cifra 11.609, es decir: láminas con listados de los días de los atentados -contabilizados desde el 13/09/2011 hasta el 16/09/2016-, los nombres de los espacios públicos en los que tuvieron lugar y el número total de víctimas oficialmente registradas. Unos datos estremecedores, extraídos de las noticias de los periódicos, que la artista acompaña con cinco dibujos de los escenarios de la tragedia realizados con pluma de cola de ardilla. Pero con la peculiaridad de que «Jatoi extrae toda la información dramática y reproduce solo el emplazamiento vacío en alegoría de la ausencia», especifica Amrani.
No obstante, si hay una obra que es capaz de reproducir con tremebunda intensidad el dolor provocado por la pérdida de los seres queridos, es la performance Clothesline (grabada en vídeo). Una acción en la que Jatoi dobla ropa blanca de distintas tallas que recuerdan a los miles de hombres, mujeres y niños fallecidos. En total, son más de un centenar de prendas -entremezcladas con algunas moradas propias del uniforme de las escuelas de Pakistán- que inicialmente están colocadas sobre el suelo, apiladas en un montón. De espaldas al público, la artista va doblándolas lentamente y disribuyéndolas por la sala de la galería. Una escena francamente melancólica que responde al drama que ha sufrido su país en los últimos años. Sin embargo, la alarmante situación «nada tiene que ver con el Islam, porque también están aniquilando a personas de su misma religión», aclara Jatoi. Una cruenta realidad, que la artista nos acerca con sensibilidad poética en esta exposición, tan digna de contemplar como de adquirir: el 100% de las ganancias obtenidas serán donadas a la escuela pública de Peshawar.





