Chema Madoz, El viajero inmóvil

Chema Madoz © Marina Fertré

La metodología del último trabajo del fotógrafo Chema Madoz (Madrid, 1958) comienza a esclarecerse desde el oxímoron que tiene por título. La naturaleza de la exposición El viajero inmóvil responde, pues, a una asociación que a priori puede parecer extraída de lo absurdo, pero que cobra sentido a través de lo metafórico. Una manipulación poética, de la que Madoz hace uso, para desvelar a través de 34 imágenes inéditas (30 copias únicas) y un vídeo, los elementos conceptuales que conforman su idea del paisaje asturiano.

Y es que esta muestra, que podrá visitarse hasta el 16 de abril en el Centro Cultural Conde Duque, forma parte de Miradas de Asturias, una iniciativa de mecenazgo llevada a cabo por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, que pretende ofrecer una nueva visión de Asturias de la mano de las obras de Premios Nacionales de Fotografía. Un proyecto cultural iniciado cinco años atrás, que ha contado anteriormente con la participación de otros cuatro reconocidos profesionales del sector Alberto García-Alix, José Manuel Ballester, Ouka Leele y Joan Fontcuberta.

De este modo, es como Asturias se convierte en el ‘elemento’ a definir por Madoz. Al contrario que en su habitual proceder, en esta ocasión el lenguaje del artista está condicionado por los atributos de un ‘todo’ (Asturias), que será el que determine la elección de los objetos cotidianos y paisajes que protagonizan sus imágenes (todas ellas positivadas en blanco y negro sobre papel baritado virado al sulfuro, procedimiento que le confiere la tonalidad sepia). Puede decirse entonces figuradamente, que al recorrer esta selección asistimos a la contemplación de su cuaderno mental de viaje. Una visión íntima que se distancia irremediablemente, en mayor o menor medida, de la concepción del espectador, al estar subjetivada por el recuerdo de su propia experiencia.

No obstante, el juego de relaciones que se suceden en el atrezzo de sus escenarios, sigue siendo de lo más apasionante y nos acercan con placer estético, a una Asturias vinculada al mundo natural y, especialmente, al mar: un trillo con forma de tabla de surf, una estrella de mar con extremidades de cremalleras, una hoja con apariencia de tronco, un tríptico que tiene por tabla central una barca o, en el caso del vídeo, una proyección del interior del teatro Campoamor de Oviedo (donde tiene lugar la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias) que tiene por telón una cascada. Pieza que da la bienvenida al espectador, a la entrada de una exposición en las que se sentirá retado desde el primer momento a conversar con las abstracciones, cargadas de sentido del humor, del imaginario de Chema Madoz.

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Fotografía de la serie El Viajero Inmóvil de Chema Madoz © Marina Fertré
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Vista de la exposición El Viajero Inmóvil de Chema Madoz © Marina Fertré
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Fotografía de la serie El Viajero Inmóvil de Chema Madoz © Marina Fertré
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Vista de la exposición El Viajero Inmóvil de Chema Madoz © Marina Fertré
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Fotografía de la serie El Viajero Inmóvil de Chema Madoz © Marina Fertré
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Fotografía de la serie El Viajero Inmóvil de Chema Madoz © Marina Fertré