Especial Art Madrid’17: Entrevista a Rubén Martín de Lucas

Rubén Martín de Lucas © Marina Fertré

Con motivo de la feria de arte contemporáneo Art Madrid’17, que tendrá lugar del 22 al 26 de febrero en la capital española, Expoartemadrid publicará el especial «Artistas de las galerías madrileñas en Art Madrid»: Una serie de entrevistas centradas en dar un adelanto del trabajo que presentará en la feria un artista de cada galería madrileña participante. Hoy es el turno de Rubén Martín de Lucas (Madrid, 1977).

«Despertarse todos los días contemplando el horizonte tiene que ensanchar el alma», comenta Martín de Lucas entre las paredes de su estudio del barrio de Pueblo Nuevo. Y es que esta estrecha relación con la naturaleza es el hilo conductor de los proyectos que conforman sus dos años de carrera en solitario (anteriormente fue miembro del colectivo Boamistura). Para esta duodécima edición de la feria, presentará sus últimas creaciones del 2017: Génesis 1.28. Creced y Multiplicaos, dentro del programa One Project, y la serie de pinturas El Jardín de Fukuoka, en el stand de la Galería BAT Alberto Cornejo.

Expoartemadrid: ¿Cómo entras en contacto con la filosofía del agricultor, biólogo y filósofo japonés Masanobu Fukuoka?
Rubén Martín de Lucas: Por inquietudes personales. Mi trabajo se centra en el paisaje y el comportamiento asociado, es decir, nuestro modo de relacionarnos con el planeta. En este campo Fukuoka es una figura fundamental. Había oído hablar de él desde hacía tiempo, pero me quedé tocado cuando hace unos meses leí su libro La revolución de una brizna de paja. Fue entonces cuando descubrí que compartíamos la idea de que la naturaleza no es un ente alejado, sino que forma parte de un todo que también nos incluye a nosotros y a nuestra relación con el entorno. El sentimiento occidental de que la naturaleza es ‘lo otro’ es muy peligroso, porque te hace sentir ajeno a un ecosistema del que no somos más que un nodo.

EAM: ¿Por qué has querido resaltar este fenómeno en tu trabajo artístico?
RML: Me interesaba sobre todo a nivel discursivo. Cada proyecto que desarrollo se fundamenta en una idea, que posteriormente narro con el lenguaje que creo más adecuado: ya sea pintura, fotografía o vídeo. En este caso, el conocimiento de la filosofía de Fukuoka me parecía fundamental. Creo que todos deberíamos repensar nuestra relación con la tierra. Tenemos una actitud muy depredadora y poco simbiótica. Además, es absolutamente necesario cambiar el rumbo si queremos preservar nuestra supervivencia como especie. Como dice Fukuoka «La naturaleza, dejada sola, está en perfecto equilibrio».

EAM: ¿Te consideras activista?
RML:
Huyo de las etiquetas. Activista creo que implicaría algo más. Lo que intento es poner el foco en una conducta problemática y visibilizarla mediante un proyecto artístico. Aunque puede ser que este tipo de acción se entienda como activismo. No obstante, lo que más me interesa es cultivar la parte didáctica porque si no, llega un momento en tu carrera en el que, aunque tengas capacidad para generar imágenes bonitas, te sientes completamente vacío. En este caso, me llamaba la atención lo lejanos que estamos de una realidad que tenemos ante nosotros. Vivir en una ciudad es como estar dentro de un gran preservativo, no hay nada natural y la poca vegetación que existe está rigurosamente controlada.

EAM: ¿Cómo trasladas esta manera de entender la relación con la naturaleza a nivel formal en tus obras?
RML: En El Jardín de Fukuoka hay dos elementos. Por un lado, los desiertos que, representados mediante estructuras repetidas, hacen referencia a los monocultivos. Son lugares totalmente ajenos al curso de la naturaleza ya que en ellos se aniquila a base de pesticidas todo excepto a una especie. Este modo de proceder genera terrenos cada vez más pobres, que no se diferencian mucho de un desierto. Por otro lado, están los vergeles, que son propiamente los jardines de Fukuoka. Mi actitud a la hora de pintarlos ha sido como la de un niño antes de tener referencias figurativas. Me he inspirado en el fluir del concepto taoísta Wu Wei y he pintado sin restricciones. Estas piezas son el auténtico producto de lo que mi interior me pedía.

EAM: Además, participas en la feria dentro del programa comisariado One Project Territorio, Desplazamiento e Identidad , con tu proyecto Génesis 1.28. Creced y Multiplicaos ¿Por qué un título tan bíblico?
RML:
En un principio el proyecto se llamaba Overcrowded [Superpoblado], pero no me gustaba. Me parecía demasiado evidente, ya que era la conclusión a la que quería que el espectador llegase. Sin embargo, hace unos meses, comenzó a aflorar en mi mente la cita «Creced y multiplicaos». Entonces cogí la Biblia y leí: «Creced y multiplicaos. Llenad la tierra y sometedla». Y continuaba con «dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra». Era el puro antropocentrismo puesto en boca de Dios. Me impactó enormemente y por eso lo elegí, en modo irónico, como título de este proyecto.

EAM: ¿Cuáles son los escenarios y quiénes son las personas que aparecen en las imágenes y vídeos que lo integran?
RML: Está grabado en Ayllón (Segovia), pero siempre busco que no haya ninguna referencia para que sean alugares. A nivel imagen pretendo crear una metáfora. Por eso utilizo el plano cenital, para mantener cierta distancia. Son vídeos que están realizados con un dron a unos 40 metros de altura. En cuanto a las personas, algunos de ellos son conocidos y otros son voluntarios que se prestan cuando cuelgo la idea en las redes sociales.

EAM: ¿Por qué utilizas en estas composiciones geometrías de círculos, triángulos y cuadrados?
RML: Me interesaba generar un vínculo formal con mi anterior trabajo Stupid Borders, manteniendo las geometrías. Creo que son formas muy potentes por su pureza. Por eso, he querido mantenerlas como escenario de este proyecto.

EAM: Para finalizar, ¿qué es lo que más te ha apasionado de estos dos últimos trabajos que vamos a ver expuestos en Art Madrid’17?
RML:
Como siempre el trasfondo filosófico. La reflexión es primordial. En nuestro día a día nos vemos empujados por preocupaciones cotidianas como pagar el alquiler, trabajar, salir, y muchas veces parece que funcionamos por mímesis, imitando los modelos que ya existen. La unión hace la fuerza pero también el borreguismo. Dejarse influenciar en exceso por la persecución del éxito económico y un alto nivel de vida, nos despista de cuestiones verdaderamente importantes como nuestra relación con las personas y con el resto de especies que habitan nuestro planeta. Por eso considero necesario pararse a reflexionar y sentir el fluir que proponía Fukuoka, para hallar esa manera de conectar con nuestro entorno que hace que las cosas sean infinitamente más sencillas.

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Vista de la serie El Jardín de Fukuoka en el estudio de Rubén Martín de Lucas © Marina Fertré
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Detalle de uno de los ‘vergeles’ de Rubén Martín de Lucas © Marina Fertré
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Vista de la serie El Jardín de Fukuoka en el estudio de Rubén Martín de Lucas © Marina Fertré
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Detalle de uno de los ‘desiertos’ de Rubén Martín de Lucas © Marina Fertré
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Vista del estudio de Rubén Martín de Lucas © Marina Fertré