Sorolla y la moda: 8 puntos claves de la exposición

Joaquín Sorolla, Clotilde paseando en los jardines de La Granja (1907) junto a un vestido y sobrero de terciopelo de la época © Marina Fertré

Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1863-Madrid, 1923) fue uno de los pintores españoles que gozó siempre de gran admiración por parte de sus contemporáneos, tanto en España como en el extranjero y, a día de hoy, es uno de nuestros artistas más reconocidos en el ámbito nacional. Aunque en las últimas décadas del siglo XX su fama internacional cayó en el olvido, la destacada labor de difusión de su obra que arranca con la llegada del nuevo milenio (la antológica que le dedicó el Museo del Prado en 2009 marcará un antes y un después en este sentido), devolverá a la carrera del artista el carácter cosmopolita que siempre le caracterizó.

En este 2018, el artista continúa en boga con la exposición que le dedica el Museo Thyssen, en paralelo con el propio Museo Sorolla, hasta el 27 de mayo, y la futura muestra que está preparando la prestigiosa National Gallery de Londres para dentro de unos meses. La selección de obras que podrá contemplarse en el Thyssen de Madrid se exhibe bajo el título de Sorolla y la moda, y constituye la prueba irrefutable de la pasión del artista por inmortalizar el esplendor histórico de principios del siglo XX a través de la modernidad y la elegancia que desprendía la indumentaria de sus retratados. En este listado os dejo ocho claves para acercarnos a los entresijos que han dado lugar a esta muestra que, según declara su comisario Eloy Martínez de la Pera«ha supuesto tres años y medio de investigación».

1_La exposición está integrada por más de 70 pinturas, realizadas entre 1890 y 1920, que evidencian que el artista fue uno de los retratistas más populares de su época entre los círculos de la aristocracia y la burguesía. A lo largo del recorrido se muestran cuadros como los realizados a la reina Victoria Eugenia, el rey Alfonso XIII o la filántropa estadounidense Mary Duke Biddle.

2_Una de sus fuentes de inspiración será su familia y, en especial, su mujer. En esta muestra puede afirmarse con rotundidad que su esposa Clotilde es la protagonista. A excepción de la segunda sección, dedicada al trabajo de Sorolla en sociedad, las otras tres cuentan con varios cuadros de ella. En la primera, Sorolla íntimo, podemos admirar una de las obras más bellas de la exposición Clotilde con traje negro (1906), posando de manera grácil con un hermoso vestido de tafetán y algodón. En la tercera sección, El veraneo elegante, encontramos obras como Clotilde en la playa (1904) donde aparece protegida de los rayos del sol por una sombrilla. En la cuarta y última sección, París y la vida moderna, podemos ver a Clotilde paseando en los jardines de La Granja (1907) con un vestido de organza y tul de algodón y un sombrero negro de terciopelo.

3_Uno de los mayores encantos de esta muestra es que los vestidos y complementos de época que acompañan a la selección de cuadros parecen salir del propio lienzo. No solo nos ayudan a trasladarnos al contexto en el que fueron pintados, sino que focalizan nuestra atención en las cualidades de cada uno de los tejidos, haciendo que admiremos aún más la minuciosa labor del pintor a la hora de plasmar la identidad de cada atuendo. Para Sorolla la vestimenta era un símbolo de la identidad cultural del momento. El vestido más especial de esta muestra es, sin duda, el retratado en Elena con túnica amarilla(1909). Se trata de un sobrio y elegante Delphos amarillo, patentado por Mariano Fortuny e inspirado en las túnicas usadas en la Antigua Roma. Su diseño plisado de seda, libre de corsés y costuras ceñidas, era un símbolo de la modernidad. Lo llevaron mujeres como la actriz parisina Sarah Bernhardt o la bailarina estadounidense Isadora Duncan. En esta exposición se exhibe junto al cuadro un Delphos, aunque en color azul.

4_Aunque el número de retratos masculinos que conforman la muestra es reducido, éstos también son exhibidos junto a la indumentaria de época correspondiente. De este modo, podemos admirar la delicada pasamanería del uniforme de húsares que lleva Alfonso XIII (el modelo pertenece al teniente coronel Ramón Ciria), un elegante frac similar al que vestía el empresario Don Tomás Allende en el retrato que Sorolla le realizó en 1905 o la delicada y veraniega tela de la americana y el pantalón de lino que el suegro del pintor acostumbraba a llevar durante sus vacaciones de verano en la playa.

5_No es de extrañar que una de las secciones esté dedicada exclusivamente a las escenas de playa, ya que Sorolla y su familia pasaban largas temporadas en la costa de localidades como Zarautz y Biarritz. Las pequeñas localidades, vasca y francesa respectivamente, eran un destino muy popular entre las clases altas y Sorolla lo plasma con gran elegancia en sus lienzos. Los escenarios de los vibrantes y luminosos paisajes de costa aparecen protagonizados por mujeres de blancos vestidos de algodón y encaje, paseando por la orilla con sus sombrillas para protegerse del sol, o bien sentadas en la arena con elegantes pamelas. En estos cuadros es donde se descubre el trazo más espontáneo de Sorolla, poseen la frescura de unas instantáneas y son capaces de captar el movimiento que la brisa marina produce sobre los níveos ropajes.

6_Su hija María posará frecuentemente en estos cuadros, más que su hermano Joaquín y su hermana Elena, aunque toda su familia representó siempre uno de los pilares más importantes de su vida, no solo personal, sino también artística. En la última sala del recorrido expositivo se puede contemplar una hermosa fotografía de estudio, tomada en 1901 por Antonio García Peris, en la que aparecen Sorolla, su mujer y sus tres hijos. Justo al lado, encontramos otra, realizada en el mismo año y por el mismo fotógrafo, de Sorolla y su mujer. Ella aparece con una sombrilla apoyada en el banco en el que el pintor está sentado tomando bocetos en una libreta.

7_Y es que una de las lecturas más fascinantes de la muestra, además de la temática principal que gira en torno a la moda, es la que se puede realizar a través de los dibujos a mano alzada y la correspondencia del artista. A lo largo del recorrido se pueden contemplar varias cartas originales que Sorolla le escribía a su esposa. En ellas se observa la ágil caligrafía del pintor y los dibujos que habitualmente utilizaba para ilustrar el contenido. Algunos de los mensajes más relevantes se han escrito en las paredes de la sala. En ellos apreciamos la sólida comunicación y la admiración mutua que existió siempre entre Sorolla y su mujer.

8_Para finalizar, no hay que olvidarse de los refinados muebles y piezas decorativas pertenecientes a la familia Sorolla que completan la muestra. Algunos de ellos también son protagonistas de sus cuadros, como la silla de brazos de nogal que pinta en Clotilde con traje gris(1900) o la jamuga de nogal con detalles en hueso de su obra Clotilde vestida de blanco (1902). Aunque también encontramos muebles de mayor tamaño como un bello armario de tres puertas con espejos, o piezas decorativas como un escultórico reloj de hierro de estética barroca. Esta exposición cargada de refinamiento y buen gusto, se complementa con la selección de obras que se exhibe paralelamente en el Museo Sorolla. Imprescindible, sobre todo, para aquellos que aún no hayan estado en el interior del señorial palacete que alojó el último estudio y hogar del artista.

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Vista de la exposición Sorolla y la moda en el Museo Thyssen © Marina Fertré
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Joaquín Sorolla, Retrato de Don Tomás Allende y de Doña María de Allende (1905) © Marina Fertré
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Joaquín Sorolla, Retrato de Miss Mary Duke Biddle (1911) junto a vestido de novia original del 1914 © Marina Fertré
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Joaquín Sorolla, Elena con túnica amarilla (1909) junto a vestido Delphos de Mariano Fortuny © Marina Fertré
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Vista de la exposición Sorolla y la moda en el Museo Thyssen © Marina Fertré
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Vista de la exposición Sorolla y la moda en el Museo Thyssen al fondo Clotilde en la playa (1904) © Marina Fertré
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Joaquín Sorolla, Estudio para retrato de la Reina Doña Victoria Eugenia (1918) junto a vestido tul y lentejuelas de la época © Marina Fertré
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Vista de las cartas escritas por Sorolla a su mujer Clotilde © Marina Fertré