Alicia Murría: «Si no sabes lo que te venden es que la moneda de cambio eres tú»

Alicia Murría © Guillermo Gumiel

«Lo que ves». «Lo que no quieres ver». «Lo que no quieren que veas». Estos son algunos de los mensajes que pueden leerse al recorrer la exposición de Montserrat Soto (Barcelona, 1961) en la Sala Alcalá 31. Un trabajo de más de una década en el que la artista muestra los mecanismos de transmisión y control de las ideas a lo largo de la Historia a través de las representaciones pictóricas que han construido el imaginario de la Historia del arte -principalmente en España- desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Para ello ha investigado durante estos años importantes archivos de instituciones y museos, y realizado fotografías de algunas de las obras que albergan. Entre ellos, ha tenido acceso al Archivo Secreto del Vaticano, los Archivos del Museo del Prado, de la Diócesis de Nápoles, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o de la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid. La artista ha utilizado estas fotografías para crear a partir de ellas una amplia serie de fotocollages. Cada una de estas piezas contiene varias representaciones pictóricas a las que, además, ha incorporado elementos actuales -suele recurrir a los sillones o a las puertas- para dejar claro que aquella escenografía de obras no es real, sino que ha sido ella la que ha tomado la decisión de reunirlas para dar luz a nuevos diálogos.

En total, la exposición está integrada por 52 fotografías, una escultura, dos vídeos (uno sobre el juicio de la Inquisición contra Galileo celebrado en Roma en 1633 y otro sobre las discrepancias entre Goya y la Junta de Fábrica del Pilar cuando le propusieron pintar la cúpula de la Santa Capilla en 1781) y también varias instalaciones infográficas (en las que la artista hace referencia a la situación que vivimos actualmente con internet). La censura y la autocensura estarán presentes a lo largo de toda esta exposición titulada Imprimatur [en español Imprímase: licencia que da la autoridad eclesiástica para imprimir un escrito]. En la siguiente entrevista, la comisaria Alicia Murría nos desvela las claves para visitar esta muestra que estará abierta al público hasta el 5 de agosto y que está incluida dentro de la sección oficial de PHotoEspaña 2018. 

Expoartemadrid: Esta exposición está conformada por múltiples estratos de conocimiento, ¿cuáles son los distintos modos de aproximarse a ella?
Alicia Murría: En primer lugar, la artista plantea un recorrido atractivo para todos aquellos que solo quieran pasear por la exposición y tener acceso a las maravillas de la pintura que se han producido en Europa Occidental, especialmente en España, desde la Edad Media hasta el siglo XIX. En segundo lugar, ofrece una nueva forma de presentar dichas pinturas por el modo en que las ha reunido y los contrastes que provoca dentro de cada obra a través de los distintos elementos. De este modo, deja claro que son composiciones que ella misma ha diseñado. Todas las fotografías son grandes collages. Finalmente, quien conoce los detalles de cada una de las obras alcanzaría el tercer nivel, ligado a una formación histórico artística o teológica. De este modo, Montserrat aspira a dialogar con un espectador que es autónomo e inteligente para hacer también su propia lectura del conjunto de obras que se le están mostrando.

EAM: En una misma fotografía encontramos obras que pertenecen a distintas épocas y que se alojan en distintos museos, ¿cuál es el criterio que sigue Soto a la hora de seleccionarlas?
A.M: Es un proceso muy complejo. Aunque sean de diversas épocas siempre mantienen alguna relación, las asociaciones que realiza no son gratuitas. En la exposición hay tal cantidad de obras que sería casi imposible describir una por una como se han ido conformando, pero todas son fotografías en las que la artista ha reunido pinturas antiguas y elementos actuales. ¿Por qué elige a los monjes dominicos? Porque conformaban una orden especialmente represora. ¿Por qué selecciona el retrato de Tomás de Torquemada? Porque fue el primer Gran Inquisidor. ¿Por qué recurre tanto a las imágenes de San Jerónimo? Porque es el autor de la Vulgata, la primera traducción de la Biblia al latín…

EAM: En un gran número de obras aparecen representados libros, ¿por qué le ha interesado a la artista realizar esta selección?
A.M: Ella empezó a plantearse el tema del libro porque vio que en este tipo de representaciones su contenido siempre quedaba oculto. Nunca es legible el lomo del libro ni el contenido de sus páginas. El conocimiento, la información y el dogma venían de Dios. En aquel entonces no podía haber diversidad de libros. Siempre se hacía referencia a la Vulgata. En una de las imágenes, hay retratada una quema de libros en la que uno de ellos se eleva sobre el fuego por protección divina. Es la Vulgata. El resto arden porque merecían ser quemados. Todos estos datos están en las imágenes, aunque hoy en día ya no las vemos más que como obras de arte. Sin embargo, esto es lo que ella precisamente está rubricando todo el tiempo porque esta exposición habla de la transmisión del conocimiento y de cómo a lo largo de la Historia las culturas dominantes han arrasado a las culturas dominadas y les han impuesto sus valores.

EAM: ¿Cuál era la verdadera función de estas imágenes en su época?
A.M: Su función era el adoctrinamiento. Entonces las imágenes representaban la verdad. Muy poca gente sabía leer y la Iglesia tenía un peso extraordinario. Sus imágenes eran las únicas a las que se podía tener acceso. En 1564, un año después del fin del Concilio de Trento, se aprueba la publicación del Índice de libros prohibidos por la Iglesia católica, el Index. Para facilitar la censura de estos libros se impusieron penas económicas muy elevadas, en las que un tercio iba para el delator y esto fomentó muchísimo las persecuciones durante los siglos XVI, XVII y parte del XVIII. La Iglesia tenía toda una legión de controladores. Los últimos autos de fe se realizaron en España a finales del siglo XVIII. La persecución era evidente.

EAM: ¿Por qué se ha optado por el título Imprimatur?
A.M: Montserrat habla de cómo la censura y la autocensura han sido continuas a lo largo de la Historia. En España, la imprenta estuvo muy condicionada por la Inquisición. Los Reyes Católicos crearon la figura del Inquisidor General de España. Nombraron en el cargo a Tomás de Torquemada, que es confirmado por el Papa de Roma en el año 1486. Esta Inquisición es independiente de la de Roma, pero funciona en paralelo y está mucho más vinculada al poder porque fue creada por la monarquía. De este modo los intereses económicos, políticos y religiosos fueron al unísono, y el control fue mucho mayor. Con la llegada de la imprenta aparecen los elementos de databilidad de un libro: el autor, el impresor, el año, el lugar en el que se hizo…Todos estos datos facilitaban la persecución y muchos impresores y libreros acabaron detenidos. A partir de entonces comenzó a ser mucho más fácil ejercer el control porque cada autor dejaba un rastro, dejaba huella. Esto mismo sucede hoy con internet.

EAM: ¿Cuál es el equivalente actual a todo este imaginario cristiano que podemos ver en la exposición?
A.M: Hoy en día el equivalente es el control ejercido en Internet por las grandes corporaciones, que deciden lo que tenemos derecho a saber o no. Los algoritmos se diseñan con unos objetivos concretos y el acceso al conocimiento está muy restringido por estas grandes multinacionales. No pensemos que internet es sinónimo del conocimiento abierto y democrático, ellas controlan el flujo de información y también a nosotros mismos porque han conseguido que les demos todos nuestros datos. Ni el KGB, ni la CIA, ni el FBI en sus mejores sueños hubieran podido pensar que llegaría un momento en que fuera la gente la que con total alegría les diese todos los datos de su vida privada. Desde dónde están hasta lo que hacen o lo que les gusta.

EAM: ¿Cuál es el precio que pagamos por ese acceso a la información?
A.M: Si no sabes lo que te venden es que la moneda de cambio eres tú. Nosotros y todos nuestros datos nos hemos convertido en mercancía. Los datos sirven para tener un control general de la población. Es un modo de ejercer el control mucho más sutil. Por otro lado, también es muy difícil quedarse al margen del circuito ya que actualmente, ¿quién puede estar sin utilizar internet o sin móvil? La sociedad se ha hecho tan dependiente que es muy difícil renunciar a ello.

EAM: En referencia a internet, Soto ha realizado unas instalaciones infográficas ex profeso para la muestra que protagonizan el espacio central de la exposición, ¿va a ser esta su futura línea de trabajo?
A.M: Sí, ahora está más centrada en el hoy. No obstante, aunque esta exposición arranca en la Edad Media, plantea cuestiones que llegan hasta nuestros días. Sigue investigando por este camino, que ha sido el último capítulo de este gran trabajo de más de diez años en los que ha analizado la transmisión del conocimiento y el control de las ideas a lo largo de la Historia. Concretamente con las infografías hace una señalética en torno a Internet con términos muy precisos para que quien quiera bucear más en lo que está sucediendo pueda recurrir a esa referencia de términos como, por ejemplo, «capitalismo lingüístico». No es una palabra que se le haya ocurrido sino que la realidad es que actualmente se está pagando por palabras en la red. Con estas instalaciones nos hace reflexionar acerca de qué sucede con la información en internet. En este sentido toda la exposición puede concebirse como una señal de alerta que anima a despertar el espíritu crítico. En lo que ha sucedido y en lo que está sucediendo, porque como dijo Orwell en su novela 1984: «Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro».

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Vista de la exposición Imprimatur de Montserrat Soto en la Sala Alcalá 31 © Marina Fertré
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Vista de la exposición Imprimatur de Montserrat Soto en la Sala Alcalá 31 © Marina Fertré
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Vista de la exposición Imprimatur de Montserrat Soto en la Sala Alcalá 31 © Marina Fertré
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Vista de la exposición Imprimatur de Montserrat Soto en la Sala Alcalá 31 © Marina Fertré
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Montserrat Soto, Dato Primitivo 5.54. Pinacoteca (2018) © Marina Fertré
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Vista de la exposición Imprimatur de Montserrat Soto en la Sala Alcalá 31 © Marina Fertré
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Montserrat Soto, Dato Primitivo 5.16. Pinacoteca (2018) © Marina Fertré
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Montserrat Soto, Dato Primitivo 5.55. Pinacoteca (2018) © Marina Fertré