La XV edición de la iniciativa promovida por Ámbito Cultural de El Corte Inglés durante ARCOmadrid 2019 tiene como título An invented place-Un lugar inventado. El proyecto reúne a seis relevantes artistas del panorama internacional con el objetivo de mostrar una intervención de cada uno de ellos, del 25 de febrero al 3 de marzo, en los escaparates del centro comercial ubicado en el número 3 de la famosa Calle Preciados. La selección corre a cargo del comisario Alfonso de la Torre, responsable del proyecto desde su fundación y con el que han colaborado a lo largo de todo este tiempo un total de sesenta artistas. Para este año ha contando con los trabajos de Waldo Balart (Banes, Cuba, 1931), Monika Buch (Valencia, 1936), José María Cruz Novillo (Cuenca, 1936), Sabine Finkenauer (Rockenhausen, Alemania, 1961), Beatriz Olano (Medellín, Colombia, 1965) y Cesar Paternosto (La Plata, Argentina, 1931).
An invented place-Un lugar inventado reflexiona «sobre la poética del espacio o, en un sentido más amplio e intenso, sobre los signos. Es una meditación sobre las formas y el espacio», precisa el comisario. Por este motivo, encontramos obras que desafían los límites de la perspectiva convirtiéndose en un inteligente juego de geometrías. Son piezas que invitan a nuevas posibilidades espaciales, nuevos mundos, que exploran las dimensiones del espacio desde la singularidad de la propia forma. Otro componente clave en la obra de estos artistas es el estudio de la luz y el color como principales parámetros con los que habitar los límites de la tridimensionalidad y provocar ilusiones ópticas que hagan partícipe al espectador de la sensación de movimiento.
La exposición está incluida dentro del programa de actividades VIP de ARCOmadrid 2019 y su inauguración oficial tendrá lugar en lugar el día 25 de febrero a las 20 h. en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés del edificio de Callao (7ª planta). Para concluir, conviene recordar que el origen de este programa de arte contemporáneo efímero tiene que ver con dos procesos de intervenciones de artistas, realizados muy tempranamente en Europa: tuvieron lugar en 1963 y 1965 en Madrid y Barcelona, en los escaparates de los grandes almacenes, y se han recordado en dos programas de reedición celebrados en 2005 y 2014.
A continuación, se describe el proyecto expositivo de cada uno de los artistas a través de sus declaraciones:
«La pieza que presento está ubicada dentro de mi serie Nudos y parte de una reflexión sobre los Universos paralelos que quizás existan. Para mí representa una fantasía dentro del ámbito intelectual por lo que la he integrado en mi quehacer cotidiano ya que llena todas mis expectativas sensibles y cumple con mis necesidades racionales. Yo trabajo con la luz y he diseñado un Orden Axiomático del 1 al 8, que es mi disciplina y al mismo tiempo mi método de trabajo, al que denomino Código de la Estructura de la Luz (CEL), el cual es el lenguaje que me permite adentrarme en la íntima estructura del color y descubrir sus entrañas».
Waldo BALART sobre su obra Dos universos paralelos de rayos de energía cromática comunicados

«Podríamos decir que una cosa es mirar y otra es ver. Los ojos miran y el cerebro interpreta las señales que recibe de los ojos. En mi trabajo como artista intento trabajar con estos dos aspectos. Utilizo la geometría haciendo un dibujo lineal, pues este casi nunca ofrece problemas de interpretación. Pero cuando añado el color, casi siempre una gama de colores, el dibujo adquiere un aspecto tridimensional con el cual puede surgir una ambigüedad en la interpretación de la imagen».
Monika BUCH sobre su obra Viceversa

La propuesta de José María Cruz Novillo parte de su obra La cuadratura del círculo, creada en el año 1965 e integrada por un total de 16 cubos de madera iguales, dispuestos en una retícula de 4 x 4 cubos metidos en una caja. En 2014, el artista retomó el desarrollo de esta obra creando 100 idénticas a la original, pero de papel plegado en lugar de madera. La describe como una obra de “expresionismo concreto”, donde lanza cubos de papel contra una caja, a semejanza de los cubos de pintura contra un lienzo del expresionismo abstracto.

Apilar unos elementos es la forma más primitiva de construir, un juego primario que los niños descubren espontáneamente. Así construimos las paredes entre las que vivimos, que delimitan nuestro espacio privado y nos protegen de lo externo. Frente a su desnudez, las manipulamos, las tapamos y las agujereamos en un afán creativo. Como diría el filósofo checo Vilém Flusser: «consideradas desde un punto de vista estético, las paredes son los límites de un escenario sobre el cual se desarrolla la tragedia del humano afán por alcanzar la belleza». También mi escaparate es un pequeño escenario que nos ofrece la visión simbólica de una pared entre paredes.
Sabine FINKENAUER sobre su proyecto Entreparedes

UN LUGAR INVENTADO en distorsión. Un lugar imaginado. Un lugar encantado.
Beatriz OLANO sobre su obra Distorsio

«Desde que, en 1969, llevé el acento de lo pintado hacia los costados del bastidor, dejando el espacio frontal de la tela en blanco para luego ir gradualmente retornando al frente con breves notaciones, he invitado al espectador a leer el objeto pictórico en su totalidad, es decir, la visión integral de la pintura. Además, recientemente, he provocado aperturas en el espacio pictórico que no sólo le agrega una dimensión ambigua, sino que también los planos que se proyectan al espacio real remiten a mis experiencias escultóricas. No obstante, la persistencia de notas de color, sigue anclando estos objetos a la experiencia de la pintura, aun más allá de la genérica hibridez de la propuesta objetual».
César PATERNOSTO sobre su pieza Tectónica del espacio pictórico
