Lina Bo Bardi, arquitecta de misturas 

Casa de vidrio (Sao Paulo, 2007) de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © José Manuel Ballester

Comisarios: Mara Sánchez Llorens, Manuel Fontán del Junco y María Toledo

Cultura popular y modernidad abrazan la obra de la polifacética Lina Bo Bardi (Roma, 1914 – São Paulo, 1992), quien destacó a lo largo de su vida como arquitecta, diseñadora, escritora y activista. Su producción bebió de una fascinante mistura a la que podemos aproximarnos por primera vez en España gracias a la Fundación Juan March. Sus salas acogerán hasta el próximo 13 de enero la exposición titulada Lina Bo Bardi: tupí or not tupí que recorre, a través de 348 obras, no solo la trayectoria de Bo Bardi sino la revolución artística que tuvo lugar en Brasil durante la segunda mitad del siglo XX. Y es que esta selección incluye trabajos de otros reconocidos artistas brasileños (como Lygia Clark o Lygia Pape), internacionales (como Max Bill o Alexander Calder) y también piezas de arte indígena. Todo ello sin olvidar que dentro de este gran grupo de pinturas, dibujos, fotografías, objetos, esculturas, documentos y piezas de artesanía, está presente el famoso cuadro Marina con Pan de Azúcar (1945) de Tarsila do Amaral (1886-1973), la conocida artista del modernismo brasileño de los años 20 y 30 a la que la Fundación le dedicó una exposición en 2009.

Antes de su llegada a Brasil en 1946, Bo Bardi había permanecido toda su vida en Italia. Nació y se crió en Roma, donde estudió también arquitectura (algo verdaderamente inusual para una mujer en aquella época). Al graduarse decidió huir a Milán debido a la gran opresión que se había instaurado en la capital a causa del régimen fascista de Mussolini. Allí fue donde conoció y empezó a trabajar para el arquitecto Gio Ponti, director de la Trienal de las Artes Decorativas de Milán y de la revista Domus. Lamentablemente, el convulso periodo por el que estaban pasando Italia y Europa les impidió seguir adelante. Durante la Segunda Guerra Mundial, el peligro de los bombardeos aéreos paralizó casi por completo todas las construcciones. Bo Bardi se dedicó entonces a realizar ilustraciones para destacadas revistas milanesas como Tempo, Grazia y Vetrina. En el año 1943, le propusieron ser directora de Domus, cargo que aceptó hasta que se suspendió la publicación por orden de la República de Saló.

Cuando terminó la guerra Bo Bardi fundó junto al crítico Bruno Zevi una revista semanal de arquitectura bajo el nombre A-Cultura della Vita. Sin embargo, la victoria del partido Democracia Cristiana en las elecciones generales de 1946 provocó que Bo Bardi optara por el exilio. Recién casados, ella y su marido Pietro Maria Bardi, periodista y galerista, se marcharon a Río de Janeiro ese mismo año. Una huída que fue de por vida, ya que ambos adorarían Brasil. Como la misma Bo Bardi afirmó, aquella tierra se convirtió en la «Patria de su elección» donde pudo desarrollar con libertad su creatividad y llevar a cabo un gran número de proyectos. El primero de todos ellos fue su propia residencia en 1951, conocida como la Casa de Vidrio, ubicada en la cima de una colina a las afueras de Sao Paulo. El volumen de cristal sigue el estilo vanguardista predominante en el mundo occidental, donde encontramos ejemplos como la Glass House (1949) de Philip Johnson o la Casa Farnsworth (1945-1951) de Mies van der Rohe. De esta vivienda diseñada por Bo Bardi se puede contemplar en la exposición la fotografía de gran tamaño realizada por José Manuel Ballester (Premio Nacional de Fotografía) en 2007, al que la fundación le encargó también inmortalizar el estado actual de otras dos construcciones que remodeló la arquitecta: el Museo de Arte Popular de Solar do Unhão (Salvador de Bahía) y Teatro Oficina de Sao Paulo.

Sin embargo, el proyecto que marcó un antes y un después su trayectoria fue el diseño del Museo de Arte de Sao Paulo (MASP). La gestación de este espacio surgió prácticamente desde su llegada a Brasil. En 1947, el periodista (y propietario del mayor grupo de comunicación del país) Assis Chateaubriand, invitó a Pietro a fundar y dirigir un Museo de Arte, que decidieron abrir en Sao Paulo, y para el que después Lina realizó el diseño de su nueva sede en la Avenida Paulista. Desde sus inicios, el matrimonio concibió el MASP como un punto de exhibición, encuentro y aprendizaje de la diversidad artística del país. La construcción del edificio –un gran prisma rectangular de fachada acristalada elevado a ocho metros del suelo– se llevó a cabo entre 1957 y 1968, y continúa siendo a día de hoy un icono de la arquitectura brasileña. Además, también encontraremos en la muestra material de otro de sus proyectos emblemáticos en la ciudad: la recuperación de la vieja fábrica del SESC (Serviço Social do Comércio) en el barrio industrial de Pompéia para convertirla en un centro cultural y deportivo.  

A lo largo de toda la exposición se puede disfrutar de un gran número de dibujos de Bo Bardi, que se caracterizan por su paleta de vivos colores y su lenguaje naíf, dominado por la representación de la naturaleza. La arquitecta incluyó la vegetación en casi todas sus creaciones y, también, pintó el mundo animal en sus diseños de carteles y decorados para obras teatrales infantiles a mediados de la década de los ochenta, que nos sorprenderán en una de las salas. Tampoco hay que perderse los dibujos de su famosa Silla Insecto, ni la propia silla, que encontramos nada más iniciar el recorrido. Para dar la bienvenida, se ha colocado en el hall de la fundación una réplica de la Gran Vaca Mecánica que diseñó Bo Bardi en 1988 para la entrada del Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) y que, en esta ocasión, se ha reconstruido con el apoyo de la Bienal Miradas de Mujeres (organizada por la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales). La función que tenía el volumen de este gran animal era alojar y exhibir objetos populares a modo de pequeño playground. Esta última palabra define a la perfección el carácter del montaje de esta exposición, similar al de una zona de recreo, en el que una antropofagia a la inversa dicta las reglas del juego. Los curiosos que quieran conocer el tema a fondo lean el Manifiesto antropófago (1928) del poeta Oswald de Andrade. En sus primeras líneas verán que escribe con construcción shakesperiana: Tupí, or not tupí, that is the question.

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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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A la izquierda la obra Marina con Pan de Azúcar (1945) de Tarsila do Amaral © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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Vista de la exposición de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré
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La Vaca Mecánica de Lina Bo Bardi en la Fundación Juan March © Marina Fertré