Ruinas, Paisaje y Periferia. FOD, Maíllo y Keke Vilabelda | Herrero de Tejada Calle de Hermosilla, 49 | hasta el 28.05.16
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Vista de la exposición Ruinas. Paisaje. Periferia de los artistas FOD, Maíllo y Keke Vilabelda © cortesía Herrero de Tejada |
«Las tres palabras más recurrentes en la conversación son: Ruinas, Paisaje y Periferia. Podrían funcionar como título»-teclea Ernesto Castro (Madrid, 1990) en el documento Google Docs que comparte con FOD (Puerto Lumbreras, 1973), Maíllo (Madrid, 1985), y Keke Vilabelda (Valencia, 1986). Y tenía razón. La propuesta que el filósofo sugería a los tres artistas vía digital el día 28 de marzo (hasta ayer no habló con ellos cara a cara) encabezaba, a los diecisiete días, la nueva exposición de la galería Herrero de Tejada: Ruinas. Paisaje. Periferia.
La selección, formada por una veintena de obras, teje entre los tres artistas un diálogo donde la crítica al sistema político-económico de nuestro tiempo es un rasgo inherente a sus trabajos. La deshumanización de la arquitectura, ese excedente que el fenómeno de la burbuja inmobiliaria arrojó de forma masiva durante la pasada década, les hace cuestionar lo preexistente y su caducidad. Los vestigios de un ideal expansivo degenerado. Desde distintas ópticas, pueden contemplarse hasta el 28 de mayo, nuevos modos de repensar el entorno. Tres lenguajes que, unidos, se complementan y se refuerzan creando un todo que representa las posibilidades de la nada frente a la hostilidad del vacío.
En las piezas de Keke, el gris de los encofrados contrasta con las aristas naranja neón. Tono, que introduce para provocar dicotomías entre lo nuevo y lo viejo en un escenario donde realidad y ficción se confunden, como ocurre en los anuncios publicitarios. Cemento, fotografía y acrílico, se manifiestan en una textura rugosa con volúmenes creados a partir de restos materiales usados como plantilla que, posteriormente, incorpora a las obras. «Intento crear una experiencia táctil, corporal, como confrontación a esa arquitectura/pintura ‘fotogénica’, basada en la hegemonía de lo visual». Y es que la creación de un prototipo, que responde equitativamente a las necesidades sin importar el contexto, banaliza el concepto de identidad. Así lo demuestran, de manera trágica y palpable, los esqueletos arquitectónicos que el artista descubrió en su viaje por España. Un recorrido de un mes, donde grabó y fotografió los desiertos constructivos que, desde hace un año, se materializaron en su proyecto Brands New Ruins, expuesto en la sala.
Por eso no es de extrañar que FOD, cuando pinta, esté «pensando en arquitecturas y estructuras a la espera de ser rematadas». Porque a estos paisajes aterritoriales, el encanto, el triunfo o la consumación de la inversión financiera les ha pillado lejos. Hace ya cinco años que el artista decidió salirse del plano para crear pequeñas arquitecturas. «El propio dibujo me lo pidió» y así fue como empezó a diseñar habitáculos que construye con objetos encontrados en la calle, como tablas de madera, chapas onduladas, barras metálicas, tornillos, pernos o materiales que adquiere de formato low cost. Elementos de vivos colores a los que les devuelve el valor perdido pero con otro significado, y a los que, en ocasiones, habita con puntos de luz. Así nacen, por ejemplo, obras como su «chabola a lo individual» que son reflejo de lo plasmado sobre lienzo o papel.
La condición de ruina reproduce una estética común al lenguaje de los tres artistas y que, en Maíllo se materializa en forma de pies y manos, huellas y pisadas. Una simbología a la que se le suman letras y palabras junto a cruces y líneas discontinuas que cierran contornos de color, en su mayoría añiles, anaranjados, grises y verdes. Un límite a veces tan marcado y definido y, otras, tan irregular y difuso, que puede parecer que hay amargura o pinceladas de frustración en el intento de colonizar esos huecos marginados. El artista plasma en sus lienzos un viaje por el espacio y el tiempo que conecta las periferias de Detroit, Baltimore y Getafe, donde reside actualmente. Viaje, que se completa en la exposición con un vídeo grabado en el cercanías dirección Madrid-Getafe. Bloques seriados se contemplan a lo lejos desde el vagón, muertos, como los cuadros que no quiere pintar Maíllo. «No quiero pintar cuadros muertos tras una exposición, quiero que esos cuadros generadores de ideas sigan vivos para mí». Regenerar espacios y rehabitarlos con emociones, ese es el leitmotiv de la muestra.
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Keke Vilabelda, Brick Trip (2015). Cemento, fotografía y acrílico. 120 x 80 cm © Marina Fertré |
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Vista de obras de FOD en la galería Herrero de Tejada © Marina Fertré |
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Maíllo, Extremo (2014). Técnica mixta sobre tabla. 116 x 82 cm © Marina Fertré |
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Vista de la exposición Ruinas. Paisaje. Periferia de los artistas FOD, Maíllo y Keke Vilabelda © cortesía Herrero de Tejada |
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